Nadie puede dudar que el ámbito del trabajador está sufriendo duros golpes desde que comenzara la crisis económica hace ya más de una década. Cada día vemos cómo se precarizan las nóminas, cómo se obliga al trabajador a trabajar horas extras sin posibilidad de remuneración, cómo se vive bajo una constante amenaza a ser despido, causando un grave desequilibrio en la estabilidad física y emocional de cualquier trabajador.
Afortunadamente, las relaciones laborales y los derechos del trabajador están contemplados y regulados en el ordenamiento jurídico en la Constitución Española. Concretamente, en el artículo 35 en su punto número 1, ya nos indica que; “todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo” para, seguidamente, encontrarnos con el punto número 2 que directamente nos avisa de que “la ley regulará los estatutos de los trabajadores”.
Esto quiere decir que ante las situaciones de injusticia y que bajo el paraguas exculpatorio de la crisis económica están sufriendo los trabajadores, estos deben saber que la ley los defiende y, por tanto, pueden sentirse protegidos ante los muchos casos de sobrexplotación, despidos improcedentes, impagos… que pudieran sufrir.
No son pocos los casos en que, por desconocimiento, como trabajadores no hemos sido capaces de hacer valer nuestros derechos ante un problema laboral determinado. No debemos cometer este error y ante cualquier incidencia que nos afecte en el ámbito laboral, debemos recurrir a un abogado laboralista, el único profesional que está capacitado para defendernos ante todo tipo de incidencias ocurridas en el entorno laboral.
Lo que el abogado laboralista puede hacer por ti incluye el asesoramiento necesario para que no se cometan los errores que suelen darse ante situaciones laborales que se desconocen, y es que cualquier procedimiento laboral debe contar con unos modelos, tanto formales como materiales, que deben cumplirse para que las reclamaciones tengan efecto.
El abogado laboralista actuará en tu nombre siempre que consiga tu representación que, como debemos saber, se otorga mediante el poder Apud Acta, que permite su representación cuando no estás presente (para otorgar este poder debe estar presente un secretario judicial), o bien otorgando el llamado poder general para pleitos (otorgado ante notario) que permite que el trabajador no esté presente durante el juicio.
Principales funciones de un abogado laboralista
Como hemos comentado, el abogado laboralista tiene como principal misión la de asesorar al trabajador ante los conflictos que pudieran darse en el ámbito laboral, pero este profesional también debe acompañar y defender técnicamente, gracias a sus conocimientos y preparación en los juicios que pudieran acontecer en sus relaciones como trabajador.
Por tanto, queda dentro de las obligaciones de este profesional el asesoramiento en derecho laboral, que puede ser tanto a nivel individual, si es uno solo el afectado, como a nivel colectivo, si es un equipo o plantilla, especialmente en los ERES y en la negociación de los convenios colectivos.
Personalmente, te ayudará en todos aquellos temas que se relacionen con la Seguridad Social, como pueden ser los casos de incapacidad, jubilación, pensión…, así como en la representación en los procedimientos judiciales que pudieran darse dentro de este entorno.
Igualmente es una pieza clave para entender todo aquello que se nos escapa en lo relacionado con los contratos de trabajo, los expedientes de Regulación de Empleo, los mencionados ERES.
De gran importancia en aquellas situaciones de despidos y sanciones, pues no son pocos los casos en los que estos se realizan de forma incorrecta, con vulneración de los derechos del trabajador, y en estas circunstancias no podemos permitirnos permanecer pasivos, debemos saber y asegurarnos que el despido se ajusta a la ley y lo que nos ofrecen es lo correcto.
Una práctica cada vez más habitual por parte de las empresas es el acoso laboral y el mobbing, que no es otra cosa que un trato hostil y vejatorio al que se somete a un trabajador, de forma más o menos sistemática, con el fin de que deje su puesto de trabajo por voluntad propia y no sea despedido, con el consiguiente ahorro económico al empresario y serias y graves consecuencias psicológicas para el empleado.
Por último, el abogado laboralista también tiene voluntad de ayudar al trabajador en los casos de accidentes laborales y en la reclamación de las cantidades cuando no se ajustan a las estipulaciones debidas por despido. Este profesional debe garantizar la validez legal del proceso y la recuperación del dinero correspondiente.